Hermanas Dª Manuela y Dª Esperanza Spínola Ramírez (1888-1967)----(1891-1964) Archivo Histórico Municipal de Teguise

Hermanas Dª Manuela y Dª Esperanza Spínola Ramírez (1888-1967)----(1891-1964)

19 de Febrero de 2019

Doña Manuela María del Rosario Spínola Ramírez, nace Teguise, 7/10/1888. Fallece en Arrecife, 25/11/1967.

Doña Esperanza Spínola Ramírez, nace en Teguise, 23/11/1891- Fallece, 27/11/1964, Teguise.

Sus padres, Francisco Spínola Gómez, (1854-1933), natural de Santi Spiritu (Cuba) y vecino de Teguise, y Juliana Ramírez Vega, (1856-1911), natural de Teguise. Abuelos paternos, Manuel Spínola Bethencourt, (1813-1888), natural de Teguise; y, Rita Gómez y Cruz, natural de Santi Spiritu (Cuba). Abuelos maternos, José María Ramírez Hernández, (1822-1892), y María Dolores Vega Spínola, (1828-1903), vecinos de Teguise. Hermanos, Manuel, María Dolores (“Lola”), Francisco, José y María Rosa Spínola Ramírez.

Herederas de la zaga familiar de los Spínola de Teguise, reconocidos amantes del Arte, la Literatura y las Ciencias, las hermanas Manuela y Esperanza cultivan desde la cuna la poesía, el teatro y la pintura y fueron las amadas maestras de muchas generaciones de teguiseños.

Imbuidas del espíritu familiar republicano y liberal, hicieron propia la máxima griega republicana “solo somos libres entre iguales”. Para obtener el ideal de un pueblo culto y libre, conscientes de las carencias del Lanzarote de inicios del siglo XX, crearon una escuela gratuita, un laboratorio de ideales para perseguir con la educación alzar el nivel cultural y creativo de la infancia de Teguise e introducirla en los conocimientos a través del teatro, la poesía y la música como ciudadanos del nuevo siglo que estaba naciendo.

La casa de los Spinolas acogía a diario a todos los niños y jóvenes de Teguise. Se les iniciaba en las primeras letras, en matemáticas, literatura, historia y hasta en urbanismo. Manuela, inteligente y prudente, Esperanza, sensible y carismática, y José, su hermano vuelto de las Américas, siempre dispuesto a apoyar sus iniciativas vanguardistas, crearon un pequeño centro cultural, efectivo e inolvidable para Teguise.

Siguiendo la tradición teatral de Teguise, desde muy niñas participaban en teatros, declamaciones poéticas y pequeños conciertos. Los hogares de Teguise acogían veladas artístico-musicales que permitían seguir los fluctuantes vendavales artísticos europeos. Desde distintos lugares y culturas, los teguiseños recibían y estudiaban con deleite todas las nuevas obras de arte, de música o de literatura. En cada velada ofrecían para asombro de los asistentes siempre una obra especial, inédita y desconocida. Ropajes y decorados eran mimados, retocados y perfeccionados en busca de un plano invisible y mágico que solo fuera desgarrado por las voces de los actores. Métodos similares a los de Stanislavski ya eran utilizados por Doña Sebastiana Ramírez Vega, Don Francisco Spínola Gómez, Don José Perdomo Vega, Don Juan Crisóstomo García o Doña Maruca Perdomo Vega. Atrapaban al personaje a través del espejo y se reencarnaban en él. Uno de sus mejores pianistas y guitarristas, el doctor Don Alfonso Spínola Vega, llevaría consigo este refinado arte a Uruguay.

En fiestas religiosas o populares, obras de mayor calado, teatrales, zarzuelas, entretenimientos, eran representadas en el Teatro Municipal “Doctor Alfonso Spínola”. El Teatro, fundado a principios del siglo XIX, allá por 1825, considerado el más antiguo de la provincia de Las Palmas, situado en un inmueble de gran raigambre histórica, antigua iglesia del Espíritu Santo y Orfanato insular de Lanzarote, con un aforo en la actualidad de 200 personas, fue durante muchas décadas el motor cultural de la isla. Los tartanas portaban desde los rincones más alejados a los asistentes, a su público, atraídos por obras como: “Los compadres del Rubicón” o “El mercado de San Pedro” escritas por Doña Dominga Spínola Bethencourt; “El hallazgo”; “El médico a palos” de Moliere,”El amor en bicicleta” de Nijota, Juan Pérez Delgado;“El Drama de Reyes”, traído desde Fuerteventura por un sacerdote en 1958, D. José Fajardo Morales, (1900-1985), y dirigido por Doña Esperanza, en 1960; y, tantas y tantas representaciones a lo largo de mas de ciento sesenta años de existencia. En 1971, por decisión de sus componentes, pasa a denominarse el grupo teatral “Esperanza Spínola” y el propio Teatro Municipal modifica el suyo por “Hermanas Esperanza y Manuela Spínola”.

Talleres domésticos improvisados para realizar todo tipo de atrezos, complementos de las escenografías y vestuarios, surtían los recursos necesarios para cada representación teatral de nuestros actores. Materiales de misterioso origen, desde trapos y cartones a algas marinas, corchos quemados o rojas arcillas y restos de cochinilla componían decorados de gran belleza, siempre bajo la dirección de la pintora Doña Francisca Spínola Bethencourt, Doña Catalina Vega Spínola, Don Juan Crisóstomo y al fin… de Doña Esperanza y Doña Manuela Spínola Ramírez. La preparación y montaje de los grupos teatrales resurgió bajo la pasión de la extraordinaria capacidad creadora de unas artistas polifacéticas y versátiles que crearon la escuela de Teatro del siglo XX de Teguise.

Aún se respeta la vieja costumbre de que la recaudación de taquilla siempre tenga un destino social o cubra necesidades de la iglesia. La iglesia de Teguise dependía en cierta medida de aquellos exangües recursos proporcionados por el grupo artístico teatral y se contaba siempre con la dirección en los actos navideños, Semana Santa, fiestas del Carmen o Corpus, con la colaboración de Manuela y Esperanza. Coordinaban con maestría actuaciones y magnas exposiciones religiosas, con grandes escenografías pintadas al pastel sobre cartones recortados que cubrían el templo de Guadalupe, San Francisco o Santo Domingo. Tules en las bóvedas, marejadas de olas y campos de nubes en los que prendían cientos de ángeles; la pasión del Cristo torturado y crucificado; la ascensión del Resucitado, prendido de la cúpula central; la hermosa Navidad con su belén viviente, su arcángel recitando antiguos versos, sus ranchos de Pascua y los hermosos paneles recortados pintados por Doña Esperanza con paisajes y personajes de la vieja Palestina, copiando y recuperando aquellos otros tan antiguos, muchos del pincel de Doña Francisca Spínola o Doña Catalina Vega, que ardieron en el atroz incendio de 1909.

Doña Manuela, amante de la poesía y la música, compaginaba sus largas horas de enseñanza con los ensayos de las representaciones teatrales. Su hermana, Doña Esperanza, insigne pintora, nos lego preciadas obras de arte, orgullo del Teguise de antaño y fiel reflejo de una sociedad inquieta y con ansias de expresarse en el lenguaje de la más pura vanguardia cultural. Colaboró entre otras exposiciones en la “Exposición Homenaje a Don Alfonso Spínola”,1945; la “Exposición de Arte Religioso retrospectivo”,1946; “Exposición de pintura y dibujo”, en la del Casino de Arrecife, inaugurada el 30/04/1950, organizada por la S.E.B.C.A..

Padeciendo una miopía degenerativa que la llevó a la ceguera, Doña Esperanza sigue pintando para asombro de propios y extraños. Pertenece a esta etapa final obras de gran formato, de trazos amplios y coloridos, unidos por pinceladas abstractas. Algunos de los cartones religiosos de Ntra. Sra. de Guadalupe muestran el empuje de estas pinturas, hijas de las sombras y recuerdos de luz.

Cuando fallece Doña Esperanza Spínola Ramírez, atendida por Doña Manuela y la atención incondicional de todos sus alumnos, el Ayuntamiento de Teguise en sesión plenaria de 7/02/1965, expresa su dolor en el siguiente acuerdo:” El Señor Alcalde dio cuenta al Ayuntamiento del reciente fallecimiento en esta Villa de la Señorita Esperanza Spínola Ramírez, persona de preclaras virtudes ciudadanas, la cual incansablemente durante toda su vida se había dedicado al fomento y creación de grupos artísticos y culturales, acordándose unánimemente hacer constar en acta el profundo pesar de la Corporación por tan irreparable pérdida”.

Doña Manuela, murió serenamente tres años más tarde, 25/11/1967, en el Hospital Insular “José Molina Orosa”, Porto Naos, Arrecife.

María Dolores Rodríguez Armas

Archivo Municipal Teguise

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