D. Domingo María Rancel Hernández (1790-1840)
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Domingo María Rancel Hernández (Teguise, Lanzarote, 1790 – Santa Cruz de Tenerife 11 de julio de 1840), hijo de Mathías Antonio Rancel de Abreu, escribano de Guerra y Marina, y de Antonia Hernández de la Cámara Suárez-Naranjo. Contrajo matrimonio en Cádiz el 16 de mayo de 1815 con Francisca Javier Pintado González (Cadiz, c. 1795 – Santa Cruz de Tenerife? 1846/1853). Fueron sus hijos: Vicente (Cádiz, 4-04-1816), Mateo (c. 1817), Francisco (c. 1818), Tomás (Puerto de Santa María, c. 1821 – Santa Cruz de Tenerife, 8-09-1841), Salvador (c. 1824), Victoriano (Zaragoza, 10 de enero de 1827 – Santa Cruz de Tenerife, 3 de julio de 1905), Eduardo (c. 1829), Antonio (Santa Cruz de Tenerife, 31-08, 1831 – Idem, 19-06-1831), María del Pilar (Santa Cruz de Tenerife, 31-08-1832 – Las Palmas, 1869), Domingo (1835) y María Concepción (Santa Cruz de Tenerife, 25-05-1837). (en la web Rancel. Árbol Genealógico).
Participó en la Guerra de la Independencia contra Napoleón (1808-1814). Fue Ingeniero comandante de las islas Canarias desde el 26 mayo de 1829 hasta su fallecimiento.
Ingresó en el ejército como cadete del Regimiento Provincial de Lanzarote del que posteriormente pasó al de Infantería Imperial del Rey en el que llegó a ser subteniente. En 1808 (9 de junio), al iniciarse la guerra de la Independencia ingresó en el cuerpo de ingenieros militares y fue adscrito al ejército del Centro. En 1809 fue ascendido a teniente. En enero de 1810 pasó al de la Isla de León. Ascendido a capitán, en marzo de 1811 se encuentra con el Primer Ejército y, a su paso por Valencia, quedó en el Segundo, en el que se mantuvo hasta enero de 1812, en el que fue hecho prisionero cuando la propia Valencia capituló. Conducido a Francia permaneció allí hasta mayo de 1814. A su regreso y debidamente justificada su conducta, fue nombrado profesor de la Academia del cuerpo, en Alcalá de Henares. En marzo de 1815 fue destinado a la Dirección de Andalucía. Pasando a la Isla de León. En 1818 levantó el “Plano y perfiles del Castillo de Santa Catalina” (Andalucía: 802; página 218, Cartoteca SGE). En 1823 estuvo encargado de las defensas en San Fernando, en el sitio de Cádiz de dicho año cuando, en el mes de junio, los “Cien mil hijos de San Luís” invadieron la península, proclamando el absolutismo y marchando sobre Andalucía en dirección a la isla gaditana.
Ese mismo año fue licenciado indefinidamente en tanto no se aclararan sus fidelidades políticas a través del correspondiente proceso de “purificación”. El mismo fue resuelto en mayo de 1826 y se reincorporó al ejército y destinado a la Dirección de Aragón. En mayo de 1829 fue ascendido a teniente coronel y destinado a Canarias, tomando posesión de su jefatura el 26 de mayo. En 1830 (R.O. de 14 de noviembre de 1830) fue promovido a coronel.
La visita de Francisco Tomas Morales a Fuerteventura entre 1828 y 1830. Entre 1828 y 1830 ante la importancia que iba adquiriendo Puerto de Cabras, el general Francisco Tomás Morales ordenó al coronel de ingenieros Domingo Rancel que formase un plano para erigir una fortaleza que no llegó a construirse. En 1837 la Diputación Provincial habilitó al Puerto de Cabras para el tráfico extranjero y propuso a la Junta de Fortificación que habilitase fondos suficientes para construir una fortaleza para la defensa de dicho Puerto. En esa fecha era comandante general de Canarias Juan Manuel Pereira, marqués de la Concordia, quien ordenó al ingeniero Domingo Rancel que proyectara una batería para defender Puerto de Cabras. Junto al proyecto levantó el plano de la costa para situar la batería y el plano de la incipiente ciudad (Fuerteventura a través de la cartografía, p. 149).
El 27 de febrero de 1837 el ayuntamiento de La Laguna decidió acometer las obras del desagüe y nivelación de la laguna que en verano se convertía en una zona pantanosa con aguas estancadas. Para tal fin se contó con el asesoramiento del coronel Rancel quien quedó a cargo de realizar el estudio de drenaje y nivelación del llano. Se construyeron zanjas que desaguaban en el barranco de las Carnicerías. (Véase Tenerife a través…, p. 50).
El 27 de mayo de 1837 se constituyó la “Comisión Científica y Artística con el fin de calificar las obras que merezcan ser conservadas y que se coloquen en edificio a propósito para servir a su tiempo de Biblioteca y Museo”. Sabemos que en Canarias estaba formada por el diputado provincial Valentín Martínez (presidente) y por los vocales: el coronel comandante de Ingenieros Domingo Rancel, el de la brigada de Artillería Vicente González Yebre, el vicario eclesiástico Simón García Calañas, el jurista Francisco María de León y el profesor de Bellas Artes Lorenzo Pastor y Castro (El Atlante del 3 de septiembre de 1837).
En septiembre de 1839, el marqués de la Concordia, Presidente de la Junta Superior de Fortificación de Canarias, dirigió oficio al Señor Coronel Comandante de Ingenieros de la Provincia, D. Domingo Rancel, diciéndole que “por haberse caído una muralla de la Batería del Buen Aire, y estar el resto próximo a su completa ruina, vistos los informes que opinaban la mala situación de aquel fuerte que lo fugante de sus fuegos no pueden defender el desembarcadero del Confital, así como que es inútil y perjudicial su reparación, ordena que se abandone y se recojan algunos efectos que puedan ser útiles…” (José María Pinto de la Rosa, Apuntes para la historia de las antiguas fortificaciones de Canarias, pp. 196-197).
Nuestro ingeniero buscaba ofrecer una buena imagen al viajero que entraba por la puerta de Triana de Las Palmas, y sabemos que “En 1840 se pensó en reconstruir el lienzo de muralla que mira al norte, gracias al celo y patriotismo del comandante de ingenieros de la provincia don Domingo Rancel; pero habiendo muerto desgraciadamente este eminente canario, han continuado hasta el día en el mismo estado de lastimoso abandono” (Madoz, T-XII, p. 614, Fortificaciones de Las Palmas). El lienzo se extendía entre el castillo de Santa Ana, situado a orilla del mar; dominaba la esplanada del muelle y la puerta de Triana. Madoz añade que, en 1849, esta parte de las fortificaciones era la única que se había reedificado y que la muralla tenía 16 pies de espesor y 30 de altura aproximadamente y formaba un bonito y cómodo paseo desde el cual se descubría el populoso barrio de Triana al Sur y el puerto de Luz al Norte. La puerta reconstruida, tenía dos cuerpos, y era de una arquitectura sencilla y severa a la vez que agradable. Hay indicios de que pudo intervenir, de manera esporádica, en las obras del muelle de San Telmo entre 1834 y 1840.
En 1841 [sic pudo ser en 1840], trazó un bello y original proyecto de torre de la iglesia de San Ginés del Puerto de Arrecife, que a la comisión pareció opulento y demasiado costoso para el vecindario. (J. M Clar Fernández, Arrecife Capital de Lanzarote, p. 101)
Juan Tous Meliá
GALERÍA DE IMAGENES
Calle Las Flores en Teguise donde se encuentra la Casa Rancel, hoy Casa Parroquial.
El parroco D. José Fajardo Morales ante un detalle de la fachada de la Casa Rancel en Teguise a mediados del siglo XX.
Escudo de los Rancel